Mediante la generación de un campo electromagnético alterno que desactiva el potencial dañino de los radicales libres.
Gracias a su efecto circulatorio, Capenergy incrementa además la cantidad de oxígeno que reciben los tejidos, mejorando la calidad de vida de las células, lo cual redunda en beneficio global del organismo, aportándole salud y vitalidad. Sin duda, el paso del tiempo acentúa los signos típicos del envejecimiento facial como las arrugas o las patas de gallo.
La disminución del contenido de colágeno de la piel que actúa como el “cemento” de nuestro organismo provoca una perdida de tonicidad de la misma favoreciendo la flacidez.
Se estima que la producción de colágeno de manera natural en nuestro organismo se reduce a la mitad a partir de los 40 años. La radiofrecuencia de segunda generación de CAPENERGY ha demostrado funcionar como un potente inductor en la formación de colágeno de tipo I proporcionando un aspecto más terso a la piel y atenuando los efectos del paso del tiempo por ella.
El envejecimiento se refleja frecuentemente en el óvalo facial. La pérdida de conexión entre la musculatura y la piel va generando una laxitud que preocupa a mucha gente, por encima incluso de las arrugas. El descolgamiento al que está sometido el músculo genera una deformidad de la piel, que no sigue el perfil de la mandíbula.El tratamiento con Capenergy permite recuperar la conexión del tejido conjuntivo, estimulando el proceso de reunificación de la piel al músculo.
Capenergy consigue definir el óvalo de la cara y modelar con eficacia la parte inferior del rostro ya desde la primera sesión de tratamiento.
Son necesarias un mínimo de cinco sesiones para estabilizar y mantener el resultado, que serán pautadas por el médico en función de las necesidades del paciente.