La aparición de nuevas tecnologías, la mejora de los materiales y de los nuevos protocolos y técnicas en el ámbito de la odontología han hecho que los resultados estéticos de nuestros tratamientos se hayan visto mejorados de manera muy importante.
En el ámbito de la ortodoncia, la aparición de los alineadores transparentes tipo Invisalign ha provocado el miedo de algunos pacientes a ver afectada la estética de su sonrisa por la presencia de los brackets y los arcos de ortodoncia convencionales de color metálico.
Lo mismo ha ocurrido en el ámbito de las prótesis dentales, con la aparición de materiales como el Zirconio o el Disilicato de Litio (Emax) que han venido a sustituir a las coronas de metal porcelana convencionales. Estos materiales otorgan mayor naturalidad a las restauraciones gracias a su translucidez muy similar a la del diente natural, a diferencia de las coronas convencionales. Además, esta estética se mantiene estable en el tiempo, evitando la aparición de desagradables líneas negras próximas a la encía que acontece con las restauraciones de metal porcelana. Sus procesos de fabricación totalmente digitales añaden precisión frente a los métodos tradicionales, y mayor resistencia al tratarse de coronas monolíticas (de una sola pieza) frente a las coronas metal porcelana donde la cerámica se va añadiendo por capas sobre la superficie de la estructura metálica de la corona y por tanto con mayor riesgo de fractura o desconchado de facetas de porcelana.
También se han mejorado los procesos de planificación y diagnóstico, lo que permite visualizar el tratamiento antes de su realización y por tanto hacerlo más predecible, gracias a las simulaciones digitales y el DSD o diseño digital de sonrisa.
Sin duda, estas mejoras han traído un incremento en las demandas estéticas de nuestros pacientes y un mayor grado de exigencia en cuanto a los resultados de los tratamientos. Ya no vale aquello de que el tratamiento sea funcional, debe aunar un alto grado de estética y funcionalidad.
En ocasiones, estas mejorías hacen que los pacientes puedan tener una visión irreal y distorsionada de que no existen límites a la hora de alcanzar resultados en sus tratamientos dentales, algo que sin duda es erróneo. Existen factores limitantes que deben ser entendidos por profesional y paciente antes de comenzar con el tratamiento y que deben ser puestos en común para evitar desilusiones porque no se hayan alcanzado las expectativas puestas en el tratamiento.
La planificación y la comunicación directa y sincera entre profesional y paciente ayudarán sin duda a evitarlo, consiguiendo que la satisfacción de ambos sea la adecuada al terminar el mismo.